Por Edgar Cano, Investigador
La industria del plástico ha experimentado transformaciones significativas en respuesta a la creciente demanda de prácticas sostenibles a lo largo de toda la cadena de valor. Desde la adopción del ecodiseño hasta el uso de materiales reciclados, los diversos sectores de la industria del plástico se están adaptando para satisfacer las exigencias del mundo moderno.
No obstante, la sostenibilidad va más allá de las prácticas asociadas con la economía circular. También es crucial considerar las acciones que minimicen los impactos negativos en el medio ambiente y en la salud humana. Una de las áreas clave en este sentido es la gestión adecuada de las sustancias químicas utilizadas en el procesamiento de productos plásticos.
Desde sus inicios, la industria del plástico ha empleado una amplia variedad de productos químicos, como aditivos que mejoran la calidad y el procesamiento de los plásticos. Entre los más relevantes se encuentran los pigmentos, cargas, antioxidantes, estabilizantes térmicos y UV, entre otros. Estos aditivos han sido fundamentales para la presencia y diversidad de productos plásticos en numerosos sectores económicos. Sin embargo, a medida que ha crecido la preocupación por los riesgos asociados con estas sustancias, se han implementado diversas medidas regulatorias que limitan o incluso prohíben el uso de ciertos compuestos químicos.
Un ejemplo significativo es el Convenio de Estocolmo, cuyo objetivo es restringir y eliminar la producción, utilización, emisión y almacenamiento de Contaminantes Orgánicos Persistentes (COPs o POPs, por sus siglas en inglés). Estos contaminantes, caracterizados por su toxicidad, alta persistencia ambiental, capacidad para bioacumularse en las cadenas alimenticias y transportarse a largas distancias, representan un problema global.
Entre las aplicaciones industriales de los Contaminantes Orgánicos Persistentes se incluyen diversos productos químicos con funciones específicas, tales como:
- Parafinas cloradas de cadena corta (PCCC): Utilizadas principalmente como plastificantes secundarios y retardantes de llama en plásticos, especialmente en el PVC.
- Sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS): Empleadas como agentes surfactantes.
- Éteres de difenilo polibromados (PBDE), bifenilos polibromados (PBB) y hexabromociclododecano (HBCD): Utilizados como retardadores de llama o elementos ignífugos en plásticos.
Colombia suscribió el Convenio de Estocolmo sobre contaminantes orgánicos persistentes en mayo de 2001, el cual fue ratificado mediante la Ley 1196 de 2008. Desde la firma del convenio, el país ha avanzado en la implementación del Plan Nacional para alcanzar los objetivos relacionados con la identificación, prevención, reducción y eliminación de los COP y sus residuos, tal como se detalla en los Anexos A, B y C del protocolo.
Colombia no es uno de los principales fabricantes de sustancias COP industriales. Sin embargo, como importador de una amplia variedad de productos, es probable que estas sustancias hayan ingresado al país y se encuentren en productos industriales de uso diario. Por lo tanto, es crucial manejar estos productos con cuidado debido a los posibles contenidos de COP.
En este contexto, en 2023, el Fondo Multilateral para el Medio Ambiente Mundial, a través del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), otorgó a Colombia recursos para llevar a cabo diversas actividades relacionadas con la gestión de COP. En particular, el Instituto de Capacitación e Investigación del Plástico y del Caucho (ICIPC) ha estado contribuyendo a la identificación y eliminación de sustancias COP dentro de la industria plástica en Colombia mediante un proyecto con los siguientes objetivos:
- Identificar sustancias químicas peligrosas presentes en el sector de plásticos y cauchos.
- Realizar pruebas piloto para sustituir parafinas cloradas de cadena media y/o corta en diversas aplicaciones dentro de la industria de polímeros.
- Desarrollar proyectos demostrativos para la incorporación de plásticos reciclados libres de COP, provenientes de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE), en el sector de Aparatos Eléctricos y Electrónicos.
A través de este proyecto, el Instituto de Capacitación e Investigación del Plástico y del Caucho (ICIPC) tiene como objetivo presentar a la industria nacional diversas estrategias y buenas prácticas para la sustitución de sustancias COP. El propósito es contribuir al desarrollo sostenible del sector mediante un enfoque multidisciplinario que reduzca los impactos negativos asociados con el uso de estas sustancias.